lunes, 15 de noviembre de 2010

Sólo mis dedos en ella

Suelo re-inventarme en la delgadez del vino,
en sus paredes húmedas y en el viento
al mirarle ascender el cielo mientras fumo.

Es evidente, pernotamos en el cortejo de su perfume,
en el limite de la libido que le acerca a mi boca,
en el repentino atisbo de la exactitud libertaria,
en la cubierta del silencio de opios metaforizados.

En todas, todas las noches espero su virginidad
y su sexo extasiado señalando mi ausencia,
para abrazarme en sus muslos y volar.

Y todo se parece a ella, y a veces, profusas veces
me entristece y tengo apetito de jamás volver
al idilio que aclara mis ojos y cierra mi boca.

Son sus palabras de versos mansos y sueltos,
delirantes que no esperan nada, nada;
Sólo mis labios hidratando su bajo vientre.
Son solos mis dedos en ella, no es nada.

En realidad ostento escasas formas suyas,
donde ocasionalmente converge y camina para
verme desde otros ojos y entre sus sábanas,
solo eso, sentir mis dedos en ella, más nada.












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Escrito por Alejso